14/11/07

Hoy día radiante. Las nubes y la niebla tapan el sol, los pajaritos no cantan y hace un frío que pela. Pero lo mejor del día es, sin duda, levantarme y saber que tienes que ir al instituto.
A primera hora, como todos los días, nos toca con la tutora; que no tiene otra cosa mejor que hacer que criticar nuestro vestuario o nuestra forma de conducir. Y la miro. De arriba a abajo, por lo que veo va bastante bien conjuntada: camisa negra de señora, falda negra juvenil (parece que va de luto, pero al bajar la mirada me asombra ver unas medias grises y unas botas blancas, pasadísimas de moda. Y ella nos critica...
A segunda hora cada partida tiene su contrapartida.... Contabilidad. A ver... eeee... a ver... ¿Me estais atendiendo? La respuesta es SI. De tantas veces que lo pregunta ya hay gente, o por lo menos yo, que tiene ganas de gritárselo para que se entere. Es que es tan repetitivo que ya sé exactamente lo que va a decir en las clases siguientes. Pero bueno, se agradece, que de tanto repetir se me queda todo.
Después tenemos dos horas seguidas, con el descanso del recreo, con Marisol. Sinceramente, de ella, o tengo nada malo que decir. Es muy buena persona y profesora, quizás un poco blanda pero se necesita a alguien como ella de vez en cuando.
A continuación, dos horas de finanzas.¡¡¡Madre mía!!! Clase más coñazo en mi vida vi. Por no decir lo rápido que va el profesor con sus explicaciones. No entiendo nada. Es la primera vez que damos esa asignatura la mayoría de nosotros y nos explica las cosas como si ya fuéramos sobrados. Difícil. Pero este profesor tiene una cualidad: sabe tratar con nosotros. Se le nota que sabe lo que decir y de que manera para que entendamos las reglas que nos parecen injustas.
Bueno, esta es la redacción de un martes 13 en el que me apetecía dejar mi huella en este blog.

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